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«ES INCREÍBLE EL AMOR DE LA GENTE, POR LO QUE GANÉ EN JAPÓN»

 

En el día de su 56° cumpleaños, hablamos con el gran José Luis Pintos Saldanha. El «Chango» desde New Jersey nos contó cómo festejó su aniversario y también nos habló de sus épocas como jugador de Nacional. Con el Decano ganó la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental en 1988, la Recopa y la Interamericana en 1989, y el Campeonato Uruguayo en 1992. También fue campeón de la Copa América con Uruguay en 1987. Lateral de mucho ida y vuelta, sacrificio y amor a la camiseta tricolor. 

 

CÓMO PASÓ SU CUMPLEAÑOS

«Encerrado acá, tomando, me compré un par de cervezas, y mirando televisión. Es lo único que puedo hacer. Ahora le dije a una amiga que tengo, que viniera para acá, para estar conmigo. De repente llega ahora».

 

EL RECUERDO DE AQUELLA DEFINICIÓN POR PENALES ANTE EL PSV

«Muchas gracias a ustedes por acordarse mío. Yo me acuerdo cuando voy a patear, escuchás a Muñoz y lloraba. Tenía todo para hacerlo y lo erré. Me quería morir. Aparte, los primeros penales ya estaban elegidos, los siguientes también, y después ya el que estaba bien lo pedía. Yo levanté la mano para patear porque me sentía bien… una cagada, lo erré».

 

EN AQUEL GRUPO HABÍA COMPROMISO Y COMPAÑERISMO

«Lo único que te digo, es que me encuentro con gente, y me dicen: ‘te acordás Chango, aquella vez que te escapaste de la concentración’. Yo les sigo la corriente, pero la verdad es que era imposible escaparse. Si vos te escapabas, el ‘Vasco’ [Ostolaza], el Hugo [De León], Revelez, te cagaban a palo. No existía eso. Yo le sigo la corriente a veces a la gente, pero no existía esa parte de la concentración. El grupo que había, era imposible defraudar a tus compañeros».

 

LA INOLVIDABLE FINAL EN TOKIO

«El juez no había cobrado un par de jugadas. Yo voy a contar el principio. Cuando llegamos allá, a Japón, van y les regalan un álbum del PSV Eindhoven ese. Los tipos aparte de ser unos fenómenos, tenían por lo menos 10 jugadores que jugaban en selecciones. Sacando un empate estábamos felices. Pero después que entramos a la cancha, fue diferente. Ese cuadro nuestro, tenía una química bárbara. Aparte de los 11 que entrábamos, sabíamos que 9 o 10 eran hinchas de Nacional. Cuando pasa eso, el jugador corre el doble, cuando es hincha del equipo».

 

SIGUE RECIBIENDO EL CARIÑO DE LA GENTE

«A veces uno no se da cuenta. Yo acá en Estados Unidos agradezco a toda la gente que me saluda. Hay una hinchada de Nacional que se junta cada tanto, traen jugadores. Yo tuve el gusto de ir a Washington, solo, que me invitaron unos 30 hinchas. Fui para allá, y el amor, vos te das cuenta lo que gané en Japón. La gente me miraba, increíble lo que hace la gente. Me entregaron un pergamino, impresionante la gente como se portó».

 

APARTE DEL FÚTBOL, TAMBIÉN LE GUSTABA LA NOCHE

«Ni hablar que me gustaba. Pero yo salía cuando tenía que salir. Si había un partido contra algún cuadro menor, sin desmerecer… Nosotros teníamos unos entrenamientos que eran impresionantes. Siempre tuvimos buenos preparadores físicos y estábamos bien entrenado. Yo salía, por ejemplo, si jugaba el sábado, hasta el jueves me daba una vueltita, ir a los boliches. Pero no era un loco de emborracharme. Me gustaban las mujeres. Después te hacés fama, que sos borrachos. De verdad no era un tomador como puede decir la gente».

 

UN PLANTEL PLAGADO DE HINCHAS DEL CLUB

«Hay cosas que a veces es difícil decirle a la gente. De ese plantel, si éramos 20, había 15 que eran hinchas. No sabés lo lindo que se siente eso, lo lindo que es vivir eso. Porque de repente a veces podés ver algún equipo donde este vino de acá, este vino de allá. Pero nosotros, casi todo el que jugaba era hincha de Nacional. Mucha gente a veces no lo sabe, pero es lindo saber que de los 11, hay 9 que son hinchas y van a transpirar la camiseta el doble. No te quiero decir que el que no sea hincha y jugó en Nacional no corriera, pero el que es hincha corre el doble. Es lindo contárselo a la gente, porque la gente no sabía eso».

 

LA GENTE LO FELICITA POR SU TALENTO PARA HACER LAS PIZZAS

«Es un orgullo para mí. El saludo también para toda esa gente. Después que aprendí a hacer las pizzas, hay mucha gente que va a Uruguay y viene, y me dice ‘Chango, llevamos tu pizza’. Es un orgullo para uno, después de pasar por el fútbol, estar acá, uno se retira, pero sigue teniendo el agradecimiento de la gente. Me llena de orgullo eso, loco».

 

A LOS 56 AÑOS SIGUE CON GANAS DE PONERSE LOS CORTOS

«Sí, estoy para jugar. Siempre estoy pronto, como los boy scouts».

 

POR QUÉ NO HIZO TANTO DINERO COMO LOS JUGADORES ACTUALES

«Yo no tenía quien me manejara. Siempre fui medio rebelde. Hice una plata grande en 1990 cuando fui al Mundial de Italia. No se ganaba tanto. Si jugara en esta época, yo estaría multimillonario. Yo para llegar a la selección me tuve que pelear como con cinco laterales. Sin embargo de unos años para acá, para la selección no hay laterales. Me tuve que pelear, pero en la cancha, demostrar. Yo cuando fui al Mundial, había un lateral, Cabrera, que era de Danubio, que era un fenómeno marcando. Pero yo tuve la suerte de marcar de los dos lados, yo marcaba igual, que para los laterales es muy difícil eso. Yo desde siempre, desde que me conozco, aprendí a marcar del lado izquierdo y eso me ayudó mucho».

 

NACIONAL, EL GRAN AMOR DE SU VIDA

«Hay gente que no me vio en Uruguay y me ve acá. Se sacan fotos conmigo, a veces me da vergüenza. No hay problema en sacarse fotos conmigo. Hay cosas muy lindas, imposible contarlas, hay que vivirlas. Nacional es lo máximo, es mi vida, es todo. Lo bueno es que yo me crié allá en Artigas siendo hincha de Nacional. Escuchaba a Nacional, los goles del ‘Cascarilla [Morales], de Luzardo y De La Peña, y jamás pensaba estar en el lugar que estuvieron ellos. Eso para mí es lo máximo. Ganar todo lo que gané. Porque me parece que el equipo que ganó más copas fue el mío. Ganamos la Interamericana, la Recopa, Copa América, Copa del Mundo. Me parece que fue el equipo que ganó más copas, no me quiero equivocar».

 

UNA DIFERENCIA ENTRE EL FÚTBOL DE LOS ’80 Y EL DE HOY

«Yo jugué 11 partidos de titular cuando me subieron, y después me sacaron del culo para afuera. Tuve que esperar como dos años más para reenganchar de vuelta como titular. Ahora juegan dos partidos y ya dicen ‘pa, que fenómeno’. Yo me tuve que reventar, con los laterales que tenía adelante mío, como un animal, para ser titular. A veces me da bronca eso, pero todo cambia, uno no puede pedir que todo sea como era antes, juegan tres partidos y ya dicen que son unos fenómenos. Yo tuve que jugar mil partidos, no para ser un fenómeno, pero sí para integrar un grupo y ser titular».

 

UN PARTIDO INOLVIDABLE CON LA SELECCIÓN…

«El que le ganamos a Argentina en Argentina. Ellos venían de salir campeones del mundo en el ’86. No te digo que fue la mejor selección que hubo de Uruguay. Pero fue una selección que se formó ahí, y les ganamos. En el ’87, con gol de Alzamendi. Yo marqué a Maradona, estaba complicado para marcar al Diego».

 

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