«Nacional sos el Decano el primero y el más grande, el que escribiera la historia del país campeón mundial» dice la canción.Un 14 de Mayo pero de 1899 nacía el primer club criollo de América, el que nació para luchar contra el predominio de los elitistas ingleses de la época, para convertirse en lo que hoy es el equipo más grande de nuestro país, con más títulos locales e internacionales, el club del pueblo, el de más hinchas y socios, el CLUB NACIONAL DE FOOTBALL.FELÍZ CUMPLEAÑOS QUERIDO BOLSO! FELICES 114 DE AÑOS DE GLORIA Y VERDADERA HISTORIA.
«Nacional sos el Decano el primero y el más grande, el que escribiera la historia del país campeón mundial» dice la canción.Un 14 de Mayo pero de 1899 nacía el primer club criollo de América, el que nació para luchar contra el predominio de los elitistas ingleses de la época, para convertirse en lo que hoy es el equipo más grande de nuestro país, con más títulos locales e internacionales, el club del pueblo, el de más hinchas y socios, el CLUB NACIONAL DE FOOTBALL.FELÍZ CUMPLEAÑOS QUERIDO BOLSO! FELICES 114 DE AÑOS DE GLORIA Y VERDADERA HISTORIA.
LA HISTORIA NO SE COMPRA, SE HACE
En el último año del siglo pasado la población del Uruguay se situaba alrededor de los 930 mil habitantes, de los cuales poco menos de 290 mil vivían en Montevideo. Diez años atrás – en 1889 – el número de extranjeros residentes en la Capital, en términos porcentuales, era de 46,84%. En el año de la ‘alborada tricolor’, el alumnado de la enseñanza superior estaba compuesto por 396 estudiantes; 156 en Derecho, 170 en Medicina y 70 en Matemáticas. Lentamente, el país cicatrizaba las heridas provocadas por la Revolución ‘del ’97’; Juan Lindolfo Cuestas ocupaba la presidencia de la República. La aparición de clubes para la práctica del fútbol y el intento de conformar una institución genuinamente criolla habían generado un verdadero ‘big-bang’ emocional y espiritual.
La idea de crear una institución futbolística genuinamente criolla estaba en el aire. En la casa de la familia Caprario se lleva a cabo una histórica asamblea. Los jóvenes fundadores del nuevo centro no vacilan al reivindicar a José Artigas.
Dos clubes ya existentes – el ‘Montevideo Football Club y el ‘Uruguay Athletic Club’ – aceptarían el desafío clamorosamente, tomando la posta de la historia. En la proa de las calles 18 de Julio, Constituyente y Médanos, estaba situado el Café Montevideo; típico exponente de aquellos reductos fraternos y coloquiales que proliferaron en nuestra ciudad; con amplio y luminoso salón, lambrices de madera oscura, mesas y sillas de estilo, el Montevideo fue uno de los primeros en utilizar la máquina ‘express’ de tres picos en jarra. Allí se reunían entre otros, los jóvenes Pedro Manini Ríos, Sebastián Puppo, Melitón Romero, Atilio Narancio, Francisco Serra, Jorge Ballestero, Joaquín Baltar, Juan y Ramón Negro, Tomás Barbato, José Urta y Germán Arímalo. Inspirados en el nombre del café habían bautizado al club, ‘Montevideo’. Estudiantes de 5º y 6º de bachillerato, en su mayoría, prestaban atención en esas reuniones, a las indicaciones que sobre técnica del fútbol y su reglamento les ofrecía Jack Ramsey; este inglésempleado del Banco de Londres y gran jugador del ‘team’ rojo-azul marino del ‘Albion F.C.’, brindaba verdaderas clases.
NACIONAL SOS EL DECANO, EL PRIMERO Y EL MÁS GRANDE
Por su parte y fruto de una escisión del ‘Albion’, los estudiantes de 3º y 4º de bachillerato, como Ernesto Caprario, Carlos Carve Urioste, Domingo Prat, los Cordero y los Daglio, entre otros, formaron el ‘Uruguay’. Precisamente en la Unión, se ubicaba la cuna albionista ya que por esos años estaba instalado en la zona ‘The English High School’. La idea estaba en el aire: formar un solo conjunto que constituyera el mejor exponente de los esfuerzos realizados hasta el momento. Ambos clubes – ‘Montevideo’ y ‘Uruguay’ – se enfrentaban periódicamente en los descampados de Punta Carretas, reuniéndose en piezas contiguas que hacían las veces de vestuario; las justas que protagonizaban, si bien despertaban una sana rivalidad, fueron acercándolos de manera de promover el espíritu de integración. Era la hora de la fusión.
Histórica reunión en lo de Caprario Luego de compartir varias jornadas domingueras en aquellos predios linderos con la estación del antiguo Tranvía del Este, el joven estudiante de Medicina, Ernesto Caprario – representante del ‘Uruguay Athletic Club’ -, concurrió al Café ‘Montevideo’ para concretar la reunión o asamblea fundacional del nuevo centro. La respuesta del núcleo estudiantil del ‘Montevideo’ no se hizo esperar; la invitación fue aceptada. El domingo 14 de mayo de 1899 se realizó la histórica reunión en la casa de la familia Caprario, en la calle Soriano, al 99 (hoy Nº 922), al lado del entonces ‘Instituto Verdi’. En esa oportunidad, socios y jugadores del ‘Uruguay’ y del ‘Montevideo’, decretaban la fusión de ambos centros para fundar el Club Nacional de Football. ‘Fue el primer club genuinamente criollo de América Latina. Por esta razón esencial se le puso a propuesta mía, aceptada por unanimidad, el nombre que lleva y por la misma razón se adoptaron para sus colores también a propuesta mía los colores de la bandera de Artigas’, expresaría Ernesto Caprario. La histórica asamblea fue presidida por Pedro Manini Ríos y en tan memorable instancia se eligieron las futuras autoridades de la nueva institución. El capitán del Club, importantísimo puesto, desde que a él correspondíanle la designación de jugadores, los desafíos y concertación de partidos, designación de cancha y elección de árbitro, fue designado por sorteo entre los dos capitanes de los clubes fusionados. Domingo Prat, capitán de ‘Uruguay Athletic’, ganó el sorteo, siendo nombrado como presidente Sebastián Puppo, que capitaneaba al ‘Montevideo’.
En esa época se le daba más importancia al cargo de capitán que al de Presidente del Club, situación que fue evolucionando con el devenir del tiempo; paradójicamente, la rica historia de Nacional encuentra en tres oportunidades, investido como Presidente, a Domingo Prat, el capitán electo en la primera reunión. La Comisión Directiva del nuevo Club se completó con Melitón Romero como Secretario; Ernesto Caprario como Tesorero, desempeñándose como Vocales, quienes ya lo hacían en los clubes que se fusionaban. Puppo propuso para la vestimenta, los colores del poncho patrio: camisa roja, con cuello, cartera y bocamanga azules. Del mismo modo y a propuesta de Caprario se adoptó para el color y diseño de la bandera la tricolor artiguista. Vale la pena detenerse en este episodio fundacional, puesto que constituye la razón de ser de Nacional; este sentimiento patriótico será el alma del Club. Mientras recién en 1923 se retira la bellísima fuente Cordier de la Plaza Independencia para emplazar el monumento al General Artigas, que se construía en Italia, los fundadores de Nacional reivindican la vigencia del ideario artiguista ¡un cuarto de siglo antes! Todavía el Dr. Eduardo Acevedo no había publicado su obra ‘José Artigs. Jefe de los Orientales y Protector de los Pueblos Libres. Su obra cívica. Alegato histórico’ – sería en 1909 -, clausurando la etapa polémica de los estudios históricos sobre Artigas, enterrando definitivamente la leyenda negra sobre nuestro prócer. El nuevo Club constituido no entró de inmediato a competir, puesto que los equipos fusionados y los propios ‘players’ integrantes – como veremos – de otros clubes, tenían compromisos pactados con anterioridad, obligaciones que se decidió respetar. En las páginas del diario ‘El Día’, del sábado 17 de junio de 1899 – ejemplar que ya citamos en la página 9, anunciando el partido entre ‘Universitario’ y ‘Defensa’ -, se lee: ‘Los elementos que constituían el
MONTEVIDEO FOOTBALL CLUB y el URUGUAY ATHLETIC CLUB, se han unido formando un nuevo centro. El nuevo centro se denominará CLUB NACIONAL DE FOOTBALL’. Más adelante informa que ‘como los jóvenes que componen su primer cuadro tienen que jugar mañana en el Polígono del 3º de Cazadores, por el UNIVERSITARIO, del cual forman parte, el segundo cuadro del nuevo centro jugará mañana en Punta Carretas con el INTERNACIONAL’. Es decir que el 18 de junio de 1899, jugó solamente el ‘segundo cuadro’ de Nacional y no fue el debut oficial. Sus principales jugadores en el momento de la fundación y luego de la fusión del ‘Defensa’ en el año próximo, estaban entre los 22 ‘players’ del viejo Polígono de Tiro, cercano a la Universidad, en las calles Sarandí y Patagones. Como bien se ha dicho, los primeros partidos jugados por Nacional y sus jugadores, contaron con la presencia del Rector de la Universidad, Dr. Vásquez Acevedo, lo que significó un aporte valiosísimo para el desarrollo del fútbol. ‘El apoyo oficial involucró a todos los estudiantes dentro de una participación futbolística que fue partidaria de Nacional’. En la edición de ‘El Día’, de fecha 27 de junio de 1899, en su página 2, se vuelve a hablar de Nacional: ‘Formado en su mayoría por estudiantes de 3º, 4º y 6º de bachillerato, sus teams están suficientemente ensayados, en el campo que el ‘Universitario’ ha fundado provisoriamente el Polígono de Tiro del 3º de Cazadores. La Comisión Directiva del nuevo Club se propone darle una vida próspera, y al efecto está organizando matches con diferente sociedades análogas. Los jóvenes del Club Nacional merecen una palabra de aliento. Es menesterque los sajones no usurpen el monopolio de las lides atléticas que vigorizan y dignifican’. En verdad, los jóvenes ‘players’ tricolores ya conocían todas las canchas existentes, realizando las prácticas en Punta Carretas, próximo al field del ‘Albion’ y otras veces en sitios más céntricos, como el corralón de la calle Cuareim, donde tiempo atrás se alojaba la escolta presidencial. También los claustros de la antigua Universidad – de donde proviene la palabra ‘arco’ para denominar la valla – fuero testigos de ejercicios, prácticas y reuniones.
El debut de Nacional El primer match ya había sido concertado; la primera institución futbolística netamente criolla saldría a la arena con la frente alta. Sería el domingo 25 de junio, una semana después de aquel encuentro en el Polígono de Tiro. El rival, el segundo cuadro del poderoso ‘Uruguay Athletic Club’, de Punta Carretas, que no debemos confundir con el que se fusionó con ‘Montevideo F.C.’. Este equipo ya se había medido con las preparadas y potentes escuadras del ‘Albion’. ‘C.U.R.C.C.’, ‘Montevideo Cricket Club’ y ‘Deutscher Fussball Klub’, formados casi en su totalidad por extranjeros. El ‘Uruguay Athletic’, que ocupaba por ese entonces la vieja cancha que perteneciera inicialmente al ‘Albion’, en Punta Carretas – y que abandonara para inaugurar el 1º de abril de 1899 nuevas y hermosas instalaciones en la Avenida 19 de Abril – traspasó aquella cancha a Nacional, y don Juan Cat, gerente de la Empresa Tranviaria le cedió generosamente un par de piezas de la estación de tranvías de caballos, un viejo edificio de muros de piedra, para que los utilizara como vestuarios. El agua que utilizaban los jugadores para refrescarse y hasta para beber, se sacaba de un manantial que existía en el centro del gran patio de la Estación. Nuevamente recurrimos a ‘El Día’, esta vez en su edición del sábado 24 de junio de 1899: ‘En Punta Carreta. -Tendrá lugar en la pintoresca playa de Punta Carreta, un partido de football concertado entre el segundo cuadro del ‘URUGUAY ATHLETIC CLUB’ y el primero del ‘CLUB NACIONAL DE FOOTBALL’, recientemente fundado. (…) El tranvía del Este hará un servicio especial desde la una de la tarde, partiendo los coches de la estación cada cinco minutos’. El rumor de las olas salvajes y las bandadas de gaviotas en fuga, conformaban esa tarde inolvidable, el marco poético intransferible, que recibía los hurras alborozados de los once gallardos futbolistas que lucían la flamante camiseta roja. Eran ellos Alejandro Cordero, Arturo Corradi y Jorge Ballestero; Félix Rosatti, Carlos Carve Urioste y Bernardino Daglio; Jaime Gianetto, Sebastián Puppo, Domingo Prat, Juan Carlos Vallarino y Melitón Romero. Los marrones y negros de ‘Uruguay Athletic Club’ alinearon a P. Baise, C. Michelson y A. A. Ayerbe; A. Román, D. Aradas y J. L. Rodríguez;
C. Clulow, A. Somoza, A. W. Clulow, O. Martínez y E. Reissig. Ganó Nacional 2 a 0, anotaciones de Romero y Vallarino; el destino glorioso del fútbol criollo estaba escrito en caracteres de oro. La marcha triunfal de Nacional se había iniciado. El próximo encuentro era el 2 de julio. En esa instancia, se enfrentó al segundo cuadro del ‘Deutscher Fussball Klub’, en su campo de Pocitos. Nacional alineó a Cordero, Ballestero y Corradi; Rosatti, Carve y Romero; Gianetto, Puppo, Daglio, Caprario y Prat. Jugaron por el club alemán: R. Ludeke; A. Rouff y R. Spangenberg ; W. Strauch, C. Trinkle y A. Branda; H. Strauch, E. Viescher, W. Schmidt, C. Schubert y C. Steffen. El resultado fue empate: 0-0. El 18 de julio, en Punta Carretas, se jugó la revancha con el segundo cuadro del ‘Uruguay A.C.’. Nacional presentó una sola modificación en su escuadra, ingresando Vallarino como centrodelantero en lugar de Daglio. La victoria fue para el ‘Uruguay’, por dos goles a uno. El gol de Nacional lo convirtió Puppo. Ambos clubes se habían anotado un triunfo; el día 13 de agosto en la cancha de ‘Uruguay’, jugaron el bueno. Nueva victoria tricolor, esta vez 1 a 0, con gol de Vallarino. Finalmente, para clausurar esa temporada fundacional, el nuevo Club se vuelve a medir – en su campo – con ‘Uruguay A.C.’; a Nacional le faltaron cinco titulares, presentando la siguiente formación: Arímalo, como ‘goal-keeper’; Prat y Ballestero; Daglio, Carve y Corradi; Luckey, Gianetto, Puppo, Vallarino y Romero. El resultado fue un empate en cero; el capitán tricolor Prat había conducido al equipo en su ‘bautismo de fuego’, los cinco primeros partidos de su historia, la temporada inicial; era la alborada tricolor. Dos victorias, 2 empates y una derrota, fueron el corolario para ese último año del siglo XIX. Corría el rumor que en 1900 se iba a fundar la Liga, dando comienzo los partidos oficiales; Nacional aspiraba con justo derecho a participar, iniciando así con antelación su período de preparación.
El 30 de marzo de 1900, por iniciativa del fundador del ‘Albion F.C.’, William Poole – llamado con justicia ‘el padre del football’ y ‘decano de los footballers en el Uruguay’ -, se crea en su oficina de la calle Solís Nº 65 ‘The Uruguayan Association Football League’. Enrique Lichtenberger había firmado las invitaciones que hizo circular al propio representante del ‘Albion’ y, a sus similares de ‘Uruguay A.C.’, ‘C.U.R.C.C.’ y ‘Deutscher F.C.’.
Nacional no logró ser aceptado en la ‘League’ pese a que así lo solicitara y que contara con todas las garantías de club bien organizado; Comisión Directiva, cancha de fútbol con local adecuado y un equipo de jugadores ya considerado excelente. Igualmente, el año 1900 resultaría prodigioso para la recién creada institución. Vayamos por partes. El equipo de Nacional, vale decir el fútbol criollo, marginado de la Liga, que adoptaba la grafía inglesa para su denominación y que además ensayaba un último recurso para frenar el avance incontenible de las huestes nativas, no abandonó los campos de juego, ni los reductos naturales en los que había germinado, optando por el contrario por preparar una escuadra poderosa y consolidar sus estructuras. En este mismo año, a raíz de las gestiones de Miguel Nebel, ‘Miguelón’, el ‘Defensa F.C.’ se fusiona con Nacional. Jugadores y dirigentes – también estudiantes en su mayoría – pasan a filas tricolores, acompañados por otros valores provenientes del ‘Artigas Football Club’, del barrio Nueva Savona, un núcleo netamente albionista, ya que muchos de ellos disputaron en el ‘Albion’ el campeonato de ese año. Recuerde el lector la formación del ‘Defensa’, en el ‘match’ jugado contra ‘Universitario’ en el Polígono de Tiro, el año anterior. Ingresan entonces a Nacional: ‘Miguelón’ Nebel – autor de la iniciativa -, Ernesto Bouton Reyes, Eduardo de Castro,. Eugenio Evia, Mario Ortiz Garzón, Julio Roux, Eduardo y Martín Storace. Arturo W. Otero y Juan Zubillaga, del ‘Defensa’; y a instancias de Nebel, Castro y Bouton Reyes, se integraron los hermanos Céspedes, Gonzalo Rincón y Gaudencio Pigni – del ‘Artigas’ -, grupo unido con aquéllos por una estrecha amistad. A partir de entonces, todos fueron considerados socios fundadores de Nacional, que procedió a reorganizar su Comisión Directiva. Jorge Ballestero asumió la Presidencia; como Vice quedó Miguel Nebel; Secretario, Melitón Romero; Tesorero, Ernesto Caprario; Pro-Tesorero, Mario Ortiz Garzón y como Vocales, Tomás Barbato, Horacio Nin Lavalleja, Arturo Washington Otero y Eugenio Evia. El proceso fundacional del Club alcanzaba su máxima culminación, pautado además por otros que jalonan la trayectoria futura, como la obtención ese mismo año, de la cesión en usufructo de las instalaciones del Gran Parque Central.
El mismo constaba de dos canchas – la más pequeña, quefuera cedida por la Empresa de Tranvías a la Unión y Maroñas, al ‘Deutscher F.C.’, con entrada por Camino Cibils -, la mayor lindera con la otra, con entrada por 8 de Octubre. Montevideo disponía entonces, de una cancha que para la época era considerada un verdadero estadio. Y no era casual que el primer club criollo, que rescataba además, para los jóvenes no sólo los colores sino también el espíritu artiguista, se afincara en el Parque Central. El destacado historiador tricolor don Jesús Arrieta Fontana, escribió: ‘Nacional juega un partido de fútbol el 27 de mayo del año 1900 en el Parque Central, cuyos terrenos fueron en el pasado parte de la Chacra de la Paraguaya, donde el 10 de octubre del año 1811 el Gral. José Artigas fue proclamado Primer Jefe de los Orientales!! La Chacra de la Paraguaya, lindera con la quinta de Cavia (hoy Avda. Italia y Avelino Miranda) donde un 13 de abril, Artigas dictaría las inmortales Instrucciones del año 1813. Desde ese 27 de mayo del año 1900, Nacional no abandonará ya jamás el Gran Parque Central, y allí, al lado de la Tribuna ‘Atilio García’, una estela de granito y una leyenda esculpida en bronce, recuerdan a todas las generaciones que la Chacra de la Paraguaya y el Jefe… único Jefe de los Orientales están consustanciados a la vida del C. N. de F., para orgullo y honor de todos nosotros’. Ese partido del domingo 27 de mayo, contra el ‘Deutscher’ finalizó 1 a 1, el gol albo lo convirtió Caprario. En pleno desarrollo el campeonato organizado por la ‘League’, Nacional desafía al temible ‘C.U.R.C.C.’, virtual campeón de ese torneo. El partido se juega el 15 de julio en el Parque Central – todavía Nacional no contaba con el concurso de los ‘players’ del ‘Defensa’ – y ganaron los ingleses 2 a 0. La crónica de ‘El Siglo’, periódico de la época, es ilustrativa: ‘Conocíamos la excelente combinación que posee el Club Nacional, adquirida tras larga y concienzuda práctica, y no vacilábamos en pronosticar, si no un triunfo de los uruguayos, que sería mucho pedir, una derrota honrosa, pero una derrota que sería difícil de infligir’. Las últimas líneas del cronista eran premonitorias: ‘Felicitaciones a Nacional por su partido de ayer que vino a demostrar que es digno de colocarse a la altura de los principales clubes del Río de la Plata’. Tampoco dudó Nacional en enfrentar al ‘Flora’, equipo compuesto por la marinería del crucero inglés ‘H.M.S. Flora’, vencedor en todos los ‘matches’ por ‘scorers’ abultados y que ostentaba el orgullo de mantener su valla invicta. El partido se jugó el 12 de agosto en el Parque Central, alineando Nacional, a Ballestero; Carve y Otero; Nebel, Ortiz Garzón y Rosatti; Castro, Romero, Bernardino Daglio, Cordero y Cayetano Daglio. Fue victoria inobjetable de los cruceristas, con un contundente 5 a 1; lo cierto es que Nacional se sacó el gusto de derrumbar la fortaleza defensiva de los ingleses con un soberbio disparo de Melitón Romero, que dejó a los del ‘Flora’ sin invicto. Faltaba más; 1900 reservaba entre sus sorpresas otro episodio que pasaría a la mejor historia tricolor. El 2 de setiembre en el field del ‘Albion’, Nacional enfrentaría al poderoso club de los ingleses de William Poole. Fue un partidazo: ganó el encumbrado ‘Albion’, 3 a 2. Sin embargo, los concurrentes a ese último partido de Nacional en 1900, fueron testigos del estreno de Bolívar Céspedes, quien con apenas 16 años debutaba con sus moñas en la punta derecha.
El ingreso a la liga Entrado el año 1901, Nacional vuelve a reorganizar su Comisión Directiva: Bernardino Daglio, Presidente; Miguel Nebel, Vice; Domingo Prat, Secretario; Ernesto Caprario, Tesorero; como Vocales: Melitón Romero, Félix Rosatti, Carlos Carve Urioste, Ernesto Bouton Reyes, Bolívar Céspedes, Tomás Barbato, Eduardo De Castro y Juan Caballero. La primera tarea, insistir con el pedido de ingreso a la ‘League’. Las campañas del club en los dos años de su corta existencia habían llamado la atención, pero los ingleses seguían teniendo la sartén por el mango; circulaba la noticia de que la Liga argentina aspiraba a contar con el concurso de Nacional, lo que hizo poner las barbas en remojo a muchos. Efectivamente, el 25 de abril, la invitación de los argentinos se concreta; ya Nacional había presentado, con fecha 22 de marzo, su solicitud de afiliación en nota dirigida al Secretario de la ‘League’. ‘The Uruguayan Association Football League’ resolvió con premura el ingreso de Nacional, permitiéndole así disputar el campeonato oficial por la Copa Uruguaya de 1901.
No fueron fáciles las cosas para Nacional – que obviamente declinó la invitación de allende el Plata -, ya que sus delegados yrepresentantes sufrían reiterados tropiezos al no saber hablar inglés, dificultando esto la comunicación con los ‘mister’ del fútbol y en especial con los jueces, quienes llenaban los formularios de los partidos en su idioma. Incluso una vez aceptado el Club en el seno de la ‘Association’, poco antes del inicio del torneo se le obliga a Nacional a presentar una lista de sus jugadores ‘a los efectos de comprobar si tenían la suficiente categoría para ser admitidos’. Gracias a la buena voluntad de William Poole, quien debió hacer valer la influencia que tenía y el respeto que merecía, se apaciguaron las aguas y se disipó el clima hostil hacia Nacional, que presentó de todos modos la siguiente nómina de jugadores, que integrarían su ‘team’: Amílcar, Bolívar y Carlos Céspedes, C. Carve Urioste, G. Arímalo, M. Nebel, A. Otero, E. Bouton Reyes, G. Rincón, M. Ortiz Garzón, G. P. Montero, P. Seré Ibarra, C. Daglio, D. Cuadra y C. M. Cuadra. Cinco equipos pugnaron por el campeonato de 1901: Albion, cuya cancha estaba ubicada en el Paso del Molino; Deutscher, con su field en el Parque Central – cancha chica – con entrada por Cibils; Uruguay Athletic, afincado en Punta Carretas; CURCC, con campo de juego en la Villa Peñarol, y Nacional, con su flamante cancha en el Gran Parque Central. El 19 de mayo, Nacional disputa su primer partido oficial con el Albion, en el Parque Central. Jugaron por Nacional: A. Céspedes; Carve y Arímalo; Nebel, Ortiz Garzón y Bouton Reyes; B. Céspedes, Rincón, C. Céspedes, C. Daglio y Cabuto. Defendieron al Albion: Hogger; C. Poole y Cardenal; López, Cutter y Decournex; Campbell, Sardeson, W. Poole, Morton y Lodge. El ‘match’ finalizó 1 a 1; goles de López y Bolívar Céspedes. Antes de entrar en la competencia oficial, Nacional jugó 6 partidos amistosos. El primero de ellos, el 31 de marzo, contra los cruceristas del ‘Flora’, en el Parque Central. Perdió 2 a 1; el gol de Nacional lo convirtió Bolívar en un soberbio ‘rush’. El 14 de abril perdió 1 a 0 en Villa Peñarol, contra el CURCC; le ganó al Albion 3 a 2, en el Parque Central, el 21 de abril; el 28 de ese mes perdió 1 a 0 con el CURCC en el Parque Central; también allí derrotó 6 a 1 al crucero británico ‘Cambrean’, el 1º de mayo; finalmente, el 12 de mayo, cayó nuevamente derrotado frente al CURCC, en Villa Peñarol, 3-1. La campaña del Club Nacional de Football en su primer torneo oficial no podía ser más alentadora; luego del empate con el Albion, en su debut, venció al Deutscher 2 a 1, como visitante; al Uruguay Athletic 2-1, también de visita; al Deutscher 3 a 0, como locatario; al Albion, 2 a 0 en el Paso Molino; empató 1-1 con el CURCC en el Parque Central; también como local venció al Uruguay Athletic, 3 a 1 y por último, el 18 de agosto, perdió ante CURCC, en Villa Peñarol, por dos goles a cero. Es decir, que en su primero Torneo Oficial, Nacional logra un valioso segundo puesto; ganó 5 partidos, empató 2 y perdió sólo 1. Hizo 14 goles y le marcaron 7. El juego de la ‘ball’ ya tenía carta de ciudadanía, gracias al tesón y entusiasmo de esos jóvenes pioneros, estudiantes universitarios, que tal vez no soñaron con la grandeza futura de la institución que fundaban, cuajada en cada esquina, en cada barrio, donde latía el anhelo ferviente de desligarse de la tutela que ejercían los británicos y democratizar además, el ya popular ‘sport’.
El veterano y más querido de los ‘players’, William Poole había profetizado: ‘La obra en que ustedes están empeñados es realmente hermosa pero dudo mucho que ella perdure. Es difícil conquistar posiciones pero más difícil es saberlas conservar. Para lo primero se necesita aptitudes y entusiasmo, y a Uds. les sobran, para lo segundo se requiere constancia y disciplina, y el temperamento criollo no se aviene a ellas’. Los 100 años que festeja Nacional, son la respuesta de la historia… Años más tarde, el propio Mr. Poole expresó su satisfacción por el fracaso de ‘anuncio’. ‘Nacional surgió como paladín nativo y concentró por eso lo más selecto de la juventud desde su período inicial. Desde su nacimiento, el Club Nacional de Football se vio rodeado por intensas simpatías populares. Y se explica: entró a la arena esportiva alzando un simpático pendón, el de la nacionalidad’. ‘Por algo en aquellas pretéritas épocas de principios de este siglo nos llamaban… los Nacionales’. Don Sebastián Puppo, socio fundador y primer Presidente del Club, escribió el 13 de mayo de 1943, vísperas del 44º Aniversario, en carta a los directores de la audición ‘Espacio Nacionalófilo’: ‘No nació en cuna de oro; nació en cuna de pobreza franciscana.
Sus principios fueron difíciles; no teníamos ni sede social, y la Comisión Directiva se reunía en cualquier esquina de las calles de Montevideo o en alguna trastienda de algún café de ínfima categoría, pero la fuerza de tesón y voluntad se impuso dando días de gloria al fútbol uruguayo’. Para acercarnos a los nuevos logros e increíbles hazañas que resplandecían en el horizonte tricolor, cerramos este capítulo con los versos del poema ‘Nacional’, escrito por José María Delgado. No envidias cumbre ninguna, En ti, fuerza y pundonor, Son dos cosas que so una Como el aroma y la flor.
Sé siempre así; como el roble Fuerte; titán hasta el fin: A un tiempo arrogante y noble Como un brioso paladín.De tal modo que en la lidia Los rivales de tu honor Pueden verte sin envidia Pero nunca sin temor.
(Firmado como ‘ODAGLED’)
Fuente: ‘Hacia el campo van los albos’; Xosé de Enríquez , 14/05/07