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«ÉRAMOS UNOS LOCOS, DEJAMOS CORRER LA IMAGINACIÓN Y LA PASIÓN»

Una hermosa charla con el Cr. Morgan Martínez, uno de los grandes responsables de que en aquel 2005 Nacional comience a jugar nuevamente en el Gran Parque Central, tras la reinauguración en el amistoso ante Olimpia de Paraguay.

«Agradecido de que se acuerden de llamar a los que estuvimos con aquel sueño que se hizo realidad. Los sueños y los proyectos necesitan de locos como los que estábamos ahí. Éramos unos locos sueltos en el sentido de dejar correr a la imaginación y la pasión. A ese tango le pusimos letra, en eso estuvieron Mateo Acosta y Pablo [Martínez]. Le pusimos garra y corazón, todos los que estuvimos ahí en la Comisión de Patrimonio, y también la Comisión de Juveniles, trabajábamos muy juntos, porque el sueño parte de un grupo de dirigentes que íbamos a ver a las inferiores. Teníamos las mejores inferiores de todo el Uruguay. Del año 2000 al 2003, cuando las inferiores, desde la Séptima hasta la Cuarta, jugaban en el Parque Central, Nacional generó algo absolutamente diferente, ganamos los tres años seguidos la Tabla Anual de juveniles. Eso hizo que mucha gente se arrimara, mucha gente valiosa y muy hincha. Porque la mayoría de la gente cree que los que vamos a ayudar al fútbol vamos por intereses, y el 95% va por amor. Esa gente que iba a dirigir a los juveniles, era un derroche impresionante de amor. De los días más felices que he vivido en el deporte. Los juveniles del 2000 al 2003, que habían algunos juveniles que ustedes los pueden conocer, como Viera, el arquero, la pareja de backs con Victorino y Valdez, también Luis Suárez, Fornaroli, Cauteruccio, el ‘Chory’ Castro, William Ferreira, Webó, Benoit, el ‘Bombón’ Meneses, Cardacio, Píriz, Arismendi, el ‘Morrito’. Debemos haber recaudado más de 40 millones de dólares con estos chiquilines. Ahí empezó el sueño, cuando vimos lo que era el Parque, que era el estadio con más historia en el mundo fuera de los estadios de Inglaterra. Somos los más viejos, con más historia, el primer estadio mundialista, el estadio donde se jugaron todos los clásicos hasta 1930, y donde se jugaron campeonatos Sudamericanos. El lugar donde se proclamó al Jefe de los Orientales. Esa historia no se compra, Nacional tiene historia en el Parque. Basado en ese amor, que te inflaba el pecho entrar ahí, ver al padre y la madre de Recoba haciendo tortas fritas para recaudar para las inferiores, emociona a cualquiera. Porque Recoba era uno de los mejores pagos del mundo en ese momento en Italia y nosotros teníamos a los papás dando ejemplo acá, en las tribunas del Parque. Con el cariño que trataban a Suárez y a todos los chiquilines que venían a entrenar, y a los que estaban durmiendo abajo de la tribuna Delgado, donde durmieron muchos cracks».

LANZARSE A LA QUIJOTADA

«Se necesitaba que algún loco dijera, ‘vamos a arreglar esto’. En un viaje que hicimos a Lima con Pablo [Martínez], vimos lo que había hecho otro loco, un loco mayor, que hizo como seis estadios allá por el Pacífico, y le copiamos. Él era más hincha de Nacional que nosotros, porque tenía 70 años. Le dijimos: ‘¿cómo se hace?’. Nos dijo que se hace con palcos, que la gente te los va a comprar si tenés un proyecto viable y creíble. Acá vinimos, juntamos a cinco o seis locos más, lo plasmó Pablo y Mateo en un proyecto para la Facultad de Ciencias Económicas, y se siguió mostrando que Nacional es pueblo, que es universitario. Hicimos de ese sueño una realidad. Hicimos cinco jornadas ‘Bolsolidarias’ donde venían 400 personas a limpiar, rasquetear, pintar, arreglar cosas rotas, transportar, hacer los chorizos, tocar la guitarra, todos a disfrutar. Venía gente del interior. Había dos viejitas, las hermanas Ruiz, que tenían más de 80 años. Eran de Tranqueras. Ellas dieron el puntapié inicial junto con Victorino, campeón del Mundo. Ellas venían siempre, traían cosas para compartir. De eso se trataba. Nosotros revolucionamos el fútbol uruguayo, en serio. A partir de que se hizo eso, a lo Nacional, después Wanderers, Liverpool, Peñarol, River, muchos cuadros mejoraron su infraestructura».

EL TRABAJO EN LA RESTANTE INFRAESTRUCTURA DEL CLUB

«Nosotros no empezamos en el Parque, que hacía 60 años que no se tocaba, desde 1944 al 2004 no se hizo nada en el Parque. Restuccia compró Los Céspedes, a una empresa muy importante, que tenía eso como una chacra de esparcimiento, lo compró en el ’67, y hasta el ’98, donde 8 o 10 locos lindos decidimos hacer una nueva concentración, no se había hecho nada en 30 años. En la sede no se había hecho nada desde el ’56. El Polideportivo, era un montoncito de ranchitos y una canchita de fútbol 5 chiquita, un gimnasio de boxeo, lo de la pelota vasca, todo un montón de cosas viejas y casi sin funcionamiento. Pablo tiró todo abajo, conseguimos aportes de gente increíblemente crack, como Capalbo, el base de la selección uruguaya, él nos consiguió el piso a precio de oferta. El ‘Pato’ Vázquez, que era un fenómeno que había en el básquetbol, empujaba y empujaba, y se hizo el Polideportivo. Ahora, entre el Polideportivo, el Parque y Los Céspedes, Nacional quedó con infraestructura. También en el medio hicimos la cancha de césped artificial, la primera de un club grande. No es casualidad que Nacional haya tenido todos los éxitos que tuvo. En los primeros 10 años del siglo XXI, Nacional fue el club modelo que todos los otros imitaron, en una buena, no estoy diciendo que sea malo, pero Nacional llevó la voz cantante en todas esas cosas. Allá por el 2006 o 2007 empezamos a hacer socios, hicimos 80.000, eso ya le correspondió a Ricardo Alarcón. Eso transformó la ecuación de ingresos de Nacional, lo transformó para bien. Teníamos tres patas: los ingresos por entradas, las transferencias y los ingresos por socios que eran 5.000. De eso pasamos a tener ingresos por 60.000 socios pagantes, no lo tenía ni Boca en ese momento. Después hubo otros cuadros que hicieron campañas muy buenas pero Nacional llevó la voz cantante en esto, y también en la venta de jugadores a precios importantísimos, como la venta de Coates. Ese tipo de cosas no son casualidad que sucedan, si después un equipo sale más veces campeón que los otros, o vamos 25 años seguidos a la Libertadores, aunque tengamos que mejorar».

TODAVÍA QUEDA MUCHO POR HACER

«Hubo cosas que no estuvieron buenas, a partir de 2012 o 2013, que transformaron algo que era un sueño, en algo que todavía tiene mucho para mejorar, y que no va a quedar como se pretendió en primera instancia, un estadio totalmente macizo y homogéneo. Pero igual es nuestro estadio. Está todo por hacer. Eso no significa que no se hizo nada. Ahora estamos llevando adelante el estacionamiento, que es un avance. Hoy me llegó un render de un lugar donde se van a hacer reunionres empresariales, eso estaba dentro de nuestro proyecto. Hay muchas cosas por hacer, hay más de 20 negocios diferentes, y cada uno dejaba una partecita, y la suma de esas partecitas era un tremendo ingreso mensual que iba a tener el club, poniéndole una pata más a esa paramétrica de ingresos que tiene que tener el club. En el 2005 o 2006 hicimos como ocho recitales. Vino Serrat, vino Sabina. Eso le dejaba al club 25 o 30 mil dólares».

EL AMISTOSO ENTRE DEFENSOR-DANUBIO Y LA POLÉMICA PORQUE SE TAPARON ALGUNOS SÍMBOLOS

«No lo veo mal lo de tapar el escudo. Ayer [miércoles] estuve en el Parque, muy feliz. Jugó Defensor y Danubio, alquilamos el Parque como corresponde. Yo tuve una pelea grande con la Directiva porque no lo querían alquilar. Estábamos con problemas serios, como siempre está el fútbol uruguayo. La Directiva no quería alquilar y nosotros decíamos que el Parque se hizo como una herramienta de ingresos para Nacional. Al final lo alquilamos, jugó Defensor-Danubio aquel día de la tormenta más grande que me acuerde yo por lo menos, el 23 de agosto del 2005. Ayer mirando el partido, con el que era el presidente de Defensor en ese momento, recordábamos ese momento. Recuerdo que el ‘Cacho’ Barizzoni bajó de las cabinas y me dijo: ‘Morgan, cuánto va a durar el apagón’. Le digo, ‘yo no soy técnico en electricidad, estoy rezando como vos’. Pero fue un beneficio que se apagaran las luces, porque sino se hubiera roto todo. El recuerdo para el Ing. Coirolo que fue quien se hizo cargo de las instalaciones en forma gratuita, como trabajó el ‘Paco’ Maronna y todos los técnicos que trabajaron en esa etapa, nos ahorramos cientos de miles de dólares gracias a Bolsos que estaban al servicio de Nacional».

UN MENSAJE FINAL

«Quiero felicitarte por el esfuerzo que meten, por la garra que le meten. Quiero pedirles que mantengan el respeto de siempre, y que en todo Nacional se respeten las tradiciones de lo que somos, el tipo de fútbol que jugamos, la vergüenza con la que lo hacemos, el amor que le ponemos a Nacional. Los que están encargados hoy en los distintos lugares, recuerden que atrás tienen una historia enorme, que los respalda y los impulsa a ser cada día mejores. Les mando un gran abrazo y arriba Nacional».

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