EL PRIMER ESTADIO MUNDIALISTA
En realidad, si tuviéramos que realizar un repaso histórico respecto a nuestro estadio, al que nos llena de orgullo permanentemente, podríamos viajar más de doscientos años en el tiempo para recordar la presencia en ese lugar de la legendaria “Quinta la Paraguaya”, recinto en el que nuestro prócer José Gervasio Artigas fue proclamado «Jefe de los Orientales» en el mes de octubre de 1811, pero la historia del escenario específicamente se remonta al final del siglo diecinueve, cuando una solitaria casa blanca otorgó el nombre “La Blanqueada” al barrio. Eran tiempos en los que esos terrenos eran propiedad de la empresa de tranvías Unión y Maroñas, y allí se ubicaban dos canchas, una de ellas usufructuada por Nacional y otra por el desaparecido Deutscher Fussball Klub.
Por Julio Cifuentes
Los primeros jugadores tricolores empezaron a cimentar victorias en esa zona de la avenida 8 de Octubre y Jaime Cibils, sumando alegrías, victorias y campeonatos hasta que en julio de 1911 inauguró obras que permitían la asistencia de quince mil personas, convirtiéndolo ya en aquel momento en uno de los mejores estadios de América del Sur. Fue el 17 de Marzo de 1911 Nacional pasa a usufructuar totalmente el predio y elimina la cancha de Camino Cibils.
Los primeros triunfos se vieron interrumpidos en marzo de 1923 por el primer siniestro, pues un incendio destruyó parte de las instalaciones. Seis meses después los tricolores se repusieron de aquel mal momento y en setiembre se reinauguró el estadio enfrentando a Newell’s all Boys.
La siguiente instancia digna de destaque se ubica en 1930, cuando el Parque Central se convirtió en el primer estadio mundialista, recibiendo el partido entre Estados Unidos y Bélgica ante diez mil espectadores válido por la Copa del Mundo disputada en Uruguay.
Con la presidencia de Sr. Aníbal Falco, en 1937, Nacional compra en su totalidad el Gran Parque Central, y pasa a ser la primera institución deportiva dueña de su propio campo de deportes.
Pocos años después, otra vez las llamas se apoderaron de algunas instalaciones, en el año 1941, y nuevamente hubo que reconstituír parte de las instalaciones. En todo ese tiempo, y hasta fines del siglo XX prácticamente, “El Parque” recibió en sus instalaciones espectáculos e instancias de todo tipo, desde peleas de boxeo, corridas de toros, exhibiciones circenses, carreras, rodeos y domas, torneos de rugby e incluso duelos entre reconocidas personalidades de nuestra sociedad.
UNA NUEVA ERA, UN ANTES Y UN DESPUÉS:
Con el correr de los años, las instalaciones del estadio comenzaron a caer en desuso: se utilizó para partidos de divisiones formativas, debajo de su tribuna principal vivieron durante algún tiempo varios chicos que llegaban desde el interior y en algunas ocasiones se utilizaba para entrenar, pero se hacía inminente una reconstrucción parcial de algunos sectores.
Para los dirigentes tricolores parecía una misión altamente complicada poder comprometer a hinchas, socios y/o empresarios para iniciar un proyecto que llegara a buen puerto; existía una desconfianza generalizada en muchos debido a alguna promesa de obras que no lograron concretarse y mellaron la credibilidad, pero contra eso debieron luchar un grupo de hinchas y se lanzaron a concretar la ansiada remodelación.
Encabezados por el contador Morgan Martínez, un grupo de hinchas, socios, empresarios y profesionales, se encomendaron a conformar una Sociedad Anónima Deportiva que coordinara y concretara el proyecto de remodelación, hasta que el martes 10 de febrero del 2004 en la sede de la avenida 8 de octubre se firmaron los estatutos para la constitución de la SAD Nacional, signándolos por parte del club como presidente el economista Eduardo Ache y el entonces Pro-Secretario Ricardo Alarcón; ese acto fue considerado el primer gran logro y la culminación de los esfuerzos del equipo jurídico que integraron los doctores Fernando Nin y Walter García Torres y los Escribanos Marcelo de la Fuente, Johnny Leaman y Nicolás Storace (miembros del estudio Guyer & Regules), todos ellos trabajando honorariamente. La constitución de la Sociedad Anónima permitió comenzar con los procesos de licitación para la obra del parque y con la elaboración de la auditoria contable del proyecto por la empresa empresa Tea-Deloite & Touche, a expreso pedido del Presidente de la comisión Fiscal, contador Roberto Fosatti.
Una semana más tarde tuvo lugar la primera reunión de Comisión Directiva de la SAD, que recibió a los diferentes equipos de trabajo y a la Comisión de Patrimonio del club. Allí nacía formalmente la reinauguración del Parque Central, que se concretaría a través de un proyecto presentado por un grupo de estudiantes de Ciencias Económicas; en ese momento, el contador Morgan Martínez comentaba que se trataba de “una aspiración de hace muchísimos años de (el arquitecto) Walter Lavalleja Sarriés, segundo vicepresidente del club durtante la presidencia del doctor Garbarino, que desde hace mucho tiempo ha hecho proyectos relacionados con estadios. Cuando empezamos este período de directiva con (Eduardo) Ache, uno de los sueños que teníamos era la concreción del proyecto del “Vasco” … ahora, con el trabajo de un grupo de estudiantes de Ciencias Económicas entre lo que está Pablo (su hijo), logró que la Universidad lo avalara como un estudio muy serio, entonces hace unos cuatro meses estamos tratando con algunos socios lograr la financiación del proyecto a través del arrendamiento de los palcos que se construirán.”
En esa instancia, entre otras informaciones, Pablo Martínez nos informó a todos que la financiación de la obra se realizaría a través del arrendamiento de palcos durante quince años, que en la primera etapa del proyecto se comercializarían veinticinco palcos “de los cuales quince ya están comprometidos” y que la primera etapa de las obras insumiría acciones en un campo de juego que pasaría a tener características muy especiales en cuanto a drenaje, regado y demás que lo convirtieron en el mejor piso de nuestro país, además de una nueva red lumínica, acondicionamiento de vestuarios, entrada, estacionamiento, entre otros.
“Esta es una obra realizada por el amor de los nacionalófilos, en la que debemos destacar la colaboración de quienes han confiado para el arrendamiento de los palcos, y también –entre otros- de los asesores técnicos que han realizado su trabajo en forma honoraria”, decía Pablo en aquellos momentos.
Más allá de las palabras, ver los camiones y las máquinas trabajando en nuestro querido estadio, constituyen imágenes que no se borrarán de nuestras memorias, al igual que aquella mágica tarde/noche del 9 de marzo de 2005, cuando todos acudimos a presenciar la reapertura de “nuestro Parque”, con la presencia del Cuarteto de Nos, la Comparsa Nacional, el desfile de la orquesta de Blandengues, y luego la oratoria del contador Martínez y también del presidente Ache, antes del comienzo del partido frente al Olimpia paraguayo.
Miércoles 9 de marzo de 2005. Fecha que queda grabada en el calendario, tanto como la del 27 de mayo de 1900, la del “nacimiento” propiamente dicho. Hinchas enfundados en colores rojos, blancos y azules, futbolistas y dirigentes tricolores de todas las épocas, entre ellos Waldemar Victorino acompañando a las hermanas Ruiz (fieles hinchas del club y activas participantes de las jornadas solidarias, una de ellas ya desaparecida) para el corte de la cinta inaugural, fueron el marco de esa jornada de fiesta.
«El 11 de marzo de 2004 entraba la primera máquina por la tribuna Abdón Porte», recordó Martínez, y prácticamente un año después se están inaugurando las obras. El estadio cuenta con nueva iluminación, palcos VIP vendidos a un grupo de socios, «con lo que se obtuvo el principal aporte económico», agregó.
Después llegó el partido, con goles de Martín Parodi y Esteche para los paraguayos, y de “El Loco» Abreu, Gonzalo Castro y Juan Albín para Nacional.
17 años se cumplen de aquella mágica noche. 16 años en los que nuestro estadio, nuestro querido Parque Central no ha parado de crecer: el viejo Talud Abdón Porte convertido en tribuna, el segundo anillo de la Tribuna Atilio García, la Tribuna Héctor Scarone, el codo, y sigue creciendo.
Nuestro estadio sigue creciendo y luce cada vez más bello de la mano de los propios hinchas.
El día de hoy y los días siguientes celebramos los 17 años de aquella reapertura, y aprovechamos para agradecer a todos quienes lo han hecho posible, cada uno desde su lugar, cada uno aportando su capacidad, siempre con corazón tricolor. Y una vez más, no hay dudas de que a Nacional lo hace grande su gente.
El Gran Parque Central crece con el apoyo de la hinchada, el primer estadio mundialista,
la envidia solo de algunos el orgullo de la mayoría, la historia no se compra!
¡HACEMOS MEMORIA, ASÍ CRECIÓ…!