La historia manda. El destino lo impone. Los dos colosos del Río de la Plata frente a frente. Otro capítulo inolvidable de la Copa Libertadores de América. La de Artigas, San Martin, Bolivar, Sucre, O´Higgins y tantos otros héroes a los que justamente les rinde tributo anualmente el continente americano todo. Y en esa línea ni más ni menos quien lidera la tabla histórica, actual campeón uruguayo, frente al seis veces campeón de América y actual campeón argentino, avecinan un choque épico, de fulgor.
Recibimos y Publicamos de Gonzalo Navarro
Pero antes de tamaña batalla bien vale mirar un poquito el retrovisor. Qué memorable ha sido todo. Que gestas inolvidables contra todo pronóstico. Nada más ni nada menos que el mejor equipo argentino por escándalo y el Palmeiras de San Pablo como duelos de primera fase (dos candidatos verdaderamente) y de postre un adversario aún mayor: el campeón de Brasil.
Todos ellos debieron soportar una intensidad jamás vista por un equipo uruguayo desde que tiene memoria quien escribe. Todos marcan. Todos empujan. Todos van y vienen una y otra vez. El ritmo cansa solo de mirarlo, pero ellos van y van. Un compromiso que emociona pero que más aún; ilusiona.
En rara mezcla de jugadores con historia y linaje en el club como Victorino, de cantera inagotable como el Pacha Espino, Carballo o Barcia y del aporte de nuevos tricolores llegados con ganas de soñar como el coco Conde, Porras y el Capitán, es que se cimienta un sueño que comienza a tomar forma. Ni que hablar de los jugadores-hincha como el Colo o Papelito, rara especie hoy día, en extinción, esos tienen raza, su sueño no es jugar en el Barcelona o en el Bayern, su verdadero sueño es jugar en Nacional y eso se nota. Vaya si se nota.
Un párrafo aparte para el crack. Para el que volvió por la gloria, no en su declive sino en su apogeo. Con zurda recobiana y el olfato de Artime para estar atento a cualquier rebote en el área. Con la velocidad del misionero Vidal González, y la pasta en la definición del gran Dely. Todo junto en un mismo jugador. Créame, sólo un tal Suarez logró amalgamar tanta virtud junta y antes de eso, nadie.
Capítulo aparte a un técnico joven y con personalidad. Moderno en el juego y no sólo en la palabra. Técnico de cuadro grande que sale a plantar batalla en todas las canchas y así lo muestran los números. Nacional invicto de visitante y con un goleo superior que en Montevideo. Bien Gustavo, lo que injustamente no pudiste soñar como notable arquero que fuiste, hoy la vida te regala otra gran ilusión.
La familia tricolor a lo largo y ancho del país, de vigila como ante cada contienda continental. Desde Santa Clara, Colonia Valdense, Melo, La Paloma, Bella Unión así como el resto del país, y permítame decirlo, hasta en Dolores, hubo gente que pese a todo y ante todo, levantó el pañuelo con el puño apretado. Vaya a ellos que siguen todavía en dura encrucijada.
Un viejo conocido empieza a observar la Copa de reojo, con la mirada del León, y ella lo sabe. Créame, lo sabe……
Gonzalo Navarro