Pasión Tricolor 1010 AM
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“Es capitán y conductor del grupo pero con otras características, transmite alegría, confianza, es un niño. No es el caudillo, ese número cinco típico, pero es líder”, dijo hace unos cuantos años el inolvidable presidente tricolor Dante Iocco, hablando de Ruben Sosa, “Sosita” para todos los hinchas.

 

Es uno de los grandes ídolos de Nacional en los últimos tiempos, el que llegó para ponerle alegría a un momento duro de la historia, en el que las caras serias y los ceños fruncidos se apoderaban de la tribuna.   Arrancaba el año 1998 y todos el Club Nacional de Football sabía que tenía una sola obligación: ganar el Campeonato Uruguayo. Era una responsabilidad ineludible. Una misión impostergable.

 

Y en medio de tantas caras serias, sobresalía una sonrisa, la del que llevaba la camiseta número 10 en la espalda.   “Yo creo que en el 98 … teníamos que cambiar la pisada; era muy difícil cambiarla enseguida, pero se había armado un buen equipo, teníamos un buen cuerpo técnico, y la verdad que se cambió la historia” recordó Ruben, e inmediatamente reparó –por encima de cualquier otra cosa- en una característica que lo acompaña desde siempre.   “Sosita” recordó de aquel año que “había más alegría, todos pensábamos en como íbamos a festejar si se daba un gol en un clásico… Estuvo aquello de la banderita, había muchas cosas en las que los delanteros decían “si yo hago un gol, síganme” y allá íbamos y lo seguíamos, y lo disfrutábamos entre todos. Eramos muy amigos, en el banco de suplentes estaban todos contentos también … y se cambió la historia.”

 

 

Dos inolvidables

 

 

 

Para muchos se transformó en “el capitán de la alegría”, en el de la eterna sonrisa por lo que hizo en muchos partidos, pero sin duda, su aporte en los dos clásicos del Uruguayo ’98 quedó grabado en el recuerdo.

 

“Y … los clásicos eran distintos” dice Ruben, que recuerda que perdieron los primeros del año pero cuando llegaron “las que duelen” “nos juntamos y dijimos: este no lo pueden ganar, y asi fue. En el 4 a 2 del Clausura, el que más disfruté, fue el del gol de tiro libre que pasó por afuera de la barrera y después saqué la banderita para festejar.  Estaban todos pendientes de lo que iba a hacer -incluso los jugadores de Peñarol-, decían “que no haga un gol Ruben Sosa porque si no saca la banderita” … capaz que si lo hacía otro no dolía tanto; pero estaba ese ambiente de que no lo hiciera yo porque sacaba la banderita de Nacional, y creo que yo cuando tenía el tiro libre … siempre le decía a los muchachos que era como un penal, y les decía “busquen el faul porque ahí es un penal” y cuando lo cobra ahí donde fue …”

 

Se quedó pensando un instante, y recordó “tengo una foto que quedó para la historia: se ve que hasta la barrera se dio vuelta … entonces fue el chiste de todos los bolsos, que decían que hasta los manyas se dieron vuelta para ver el gol, y ahí estaba Bengoechea, estaban varios jugadores importantes.

Yo siempre he jugado como un hincha, entonces yo me metía en el hincha cuando iba al Estadio: el hincha va más temprano, arma las banderas, arma esto, arma lo otro, y yo le tengo que hacer un gol para ellos. Yo era un hincha más, pero en la cancha: viste que el hincha siempre dice … quiero entrar … y bueno, yo era un hincha que entra a jugar, entonces disfrutaba esas cosas, y ese de la banderita fue algo lindo, porque fue en un clásico, porque hay que ganarlos siempre, y ahí se empezó a generar ese clima de alegría.”

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