Hace seis meses, NACIONAL se preparaba para jugar un decisivo encuentro ante Racing –que peleaba los primeros puestos- con la tranquilidad de saber que venía en racha positiva, convirtiendo dos o tres goles por partido y sin recibir tantos en su arco, prácticamente. Después de perder ante El Tanque, en forma consecutiva habíamos derrotado a River, Danubio, Atenas, Wanderers (con gol olímpico del “Chino” incluído) y Rampla.
Nos salía todo bien. Era una realidad soñada. Cuesta creer, todavía, como poco después de aquel momento idílico, hoy estemos tan lejos. Pero estamos, y más allá de lamentos, lo que necesitamos es conseguir la forma de salir de este bajón deportivo. Ya lo sabemos, hay un “montón” de factores que lo han provocado, algunos deportivos y otros que contribuyen también, y que se generan fuera del campo de juego, pero poco nos sirve ahora seguir repasando razones y buscar responsabilidades; de todos modos, al llegar el fin del campeonato habrá que volver sobre estos temas para no repetir algunos errores, ni en la conformación del plantel, ni en las incorporaciones, ni en la planificación.
La realidad exige cambios, y los cambios deben llegar dentro de la cancha. No es posible –ahora- cambiar dirigentes ni gerente deportivo, ni el plantel o parte de él obviamente. Con ellos tendremos que llegar hasta el final de la temporada por lo menos. Para mi gusto, tampoco es momento de cambiar el cuerpo técnico. Durante todo el campeonato anterior, destacamos la inteligencia de Alvaro Gutiérrez para plantear los partidos, para realizar pequeños ajustes en ese sistema 4 – 2 – 3 – 1 que generalmente utilizó el equipo, para que le diera resultados positivos. Quiero seguir creyendo en la inteligencia del técnico … en que consiga la fórmula para mejorar el rendimiento del equipo y lograr terminar el año con vuelta olímpica, como todos queremos. Para eso, será vital que encuentre otra forma de jugar, en forma inmediata, para conseguir resultados pero sobre todo para generar otra imagen; es clave reforzar el medio de la cancha, donde por momentos demasiado solos los volantes de contención, sin el apoyo que antes tenían de los de arriba para cerrar espacios y sin demasiado colaboración tampoco en el armado del fútbol. Hacerse fuerte en el medio, daría más solidez al fondo seguramente, ya que nos llegarían menos y con menos peligro; tampoco parecen rendir de acuerdo a lo esperado los tres hombres que aparecen detrás del “nueve”, por lo que también allí se pueden buscar modificaciones, de pronto ubicando otro delantero para “liberar” a la única referencia de marca que tienen los rivales hasta ahora.
Es la clave de la recuperación … las fórmulas que encuentre el DT para tener un plan B, un plan C y varios más en caso que no funcionen las estrategias iniciales. Es momento de que Gutiérrez demuestre una vez más esa inteligencia que tanto le hemos destacado en el Apertura, y que parece adormecida en el Clausura. Obviamente, también deberán mejorar su producción varios jugadores, para que retomemos el camino de las victorias.