En la reunión realizada el pasado miércoles en la Asociación Uruguaya de Fútbol, en la que se eligió el nuevo Consejo Ejecutivo de la AUF, aparecieron en medio de la Asamblea de Clubes dos temas que resultaron ser tanto o más trascendentes que el tema que acaparaba la atención, la propia determinación de quienes serían los encargados de gobernar el fútbol, ya que había sido fijada para la elección de los cinco miembros designados como “Neutrales” del fútbol uruguayo.
Por Julio Cifuentes
En medio de la sesión, un tema que originó y origina todavía una consideración especial pues pone en juego muchas cosas muy importantes, debió aprobarse “a la carrera” debido a una promesa que se le había hecho al Presidente de la República, como la aprobación del Código Disciplinario, que ha dejado un par de aspectos pendientes a tratarse el próximo viernes en una nueva asamblea clubista. Por si fuera poco, apareció en el inicio del cónclave esa bochornosa sanción de la Conmebol, sin explicar las razones de la misma, cayendo como una verdadera bomba en la sala de sesiones, y desvirtuando la naturaleza de la sesión, dejando a las claras que se venían o vienen duras tormentas, claramente ligadas a la lucha de poderes que existe entre las empresas que pugnan por los derechos de televisión.
Con esta nueva realidad, que ordenó algunos movimientos para terminar con el ciclo de Sebastián Bauzá al frente de la AUF, con la sanción de presidentes de clubes por parte de la Conmebol y con esa posterior sanción, queda claro que estamos en medio de un conflicto ajeno, en el que el Club Nacional de Football no debe tomar parte a favor de ninguno, y no lo hace.
El Decano del fútbol uruguayo transita estas tempestades tomando decisiones o adoptando posturas que transitoriamente (y solo transitoriamente) puedan beneficiar a unos, pero en cualquier momento está apto de acuerdo a sus convicciones para tomar otra que parecería favorecer a otros instalados al otro extremo del problema, lo que podría aparecer como una acción incoherente pero es todo lo contrario, ya que lo hace a conciencia defendiendo simplemente sus propios intereses, sin interesarse en “quedar bien” con este o con aquel, sino pensando en la defensa de sus principios.
Esto parece serlo pero no es un elogio para esta Comisión Directiva, pero si debe destacarse creo en estas batallas que se libran la jerarquía y la riqueza de algunos de nuestros nombres, con el Dr Hernán Navascués a la cabeza, con un delegado como el Dr Javier Gomensoro, tan idóneo en algunas áreas como tricolor de corazón, poniendo razón y pasión al servicio de la causa, o –con perfil más bajo quizás- el doctor Juan Mailhos, aportando permanentemente a la causa, o el doctor Alejandro Balbi, de probada capacidad y trayectoria que lo han llevado a ser nuestro representante en el Consejo Ejecutivo en este momento.
Lo que hace Nacional, simplemente, es ser fiel a su historia, respaldando institucionalmente a la Asociación Uruguaya de Fútbol aunque “no se sienta representado” por el gobierno de turno, llevando a que uno de los principales dirigentes repita una y otra vez aquella frase de Wilson Ferreira Aldunate que proclama “al país todo, al gobierno lo que se merece”, en claro paralelismo a lo que ocurre en nuestro fútbol.
Es esta coherencia tricolor, la de defender intereses propios y no alinearse con ajenos, que lo enfrenta al sistema, o a “los sistemas” podría decirse, en la clara convicción que más de uno opera en este momento intentando arriar agua a su molino. Según el diccionario, “sistema” es un “conjunto de normas y procedimientos que regulan el funcionamiento de un grupo”, “conjunto de normas establecidas que regulan una sociedad Los jóvenes suelen estar en contra del sistema” y “conjunto de elementos organizados que cumplen determinada función.»
Los hay. Varios. Y lo ocurrido el miércoles en la AUF lo deja en evidencia una vez más. Para los descreídos, para los que relativizan esto, para los que entienden que se debe ganar dentro de un campo de juego y fuera no existen otros adversarios, una vez más debemos alertar de que existen todo tipo de artilugios, de jugadas “por atrás”, con las que debemos enfrentarnos.
No solamente nosotros: sería muy tonto pensar que esto es algo que opera solamente contra un club, precisamente el nuestro. Sabiendo que no se trata de un solo “sistema” sino que son varios los que defienden sus intereses (deportivos, políticos y económicos), a veces son unos los perjudicados o beneficiados y otras veces al revés, según estén a favor o en contra. En medio de esta lucha de poderes entre gigantes quedan a veces algunas instituciones: en ocasiones enfrentadas a los árbitros y su organización, en otras al propio gobierno de la Asociación, a las empresas que manejan los derechos de televisión, o a otros “bloques” de clubes que se construyen por intereses comunes.
Por todo esto, en el gobierno anterior Nacional se encontraba en incómoda situación, tras haber entregado terreno a los adversarios políticos durante varios años, intentando recuperar el espacio perdido con resultados diversos. No quiere decir que necesariamente en este nuevo esquema todo vaya a ser favorable, pero al menos, con la presencia de un representante que llega al cuerpo de Neutrales, se comienza a recuperar parte del terreno cedido.
Las próximas semanas irán develando si se sigue encontrando una mayor equidad en otros estamentos, como la propia Mesa Ejecutiva, los distintos Tribunales, y en el propio Colegio de Arbitros. Ha sido, desde que nacimos, un reclamo permanente de PASION TRICOLOR, entendiendo que los campeonatos se ganan dentro de la cancha, como debemos hacerlo, pero a veces también se empiezan a perder afuera.