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La apuesta para el semestre, con Abreu, Medina y Alonso nada menos, nos despertó enormes ilusiones, ya que no cabían dudas del potencial ofensivo que podíamos tener, otorgándole a los técnicos de turno la posibilidad de elegir entre uno y otro según cuál fuera el rival de turno. Sin embargo, distintas lesiones o complicaciones desde el punto de vista físico atentaron en perjuicio de ellos, minimizando el poderío ofensivo tricolor, que finalmente tuvo en Iván Alonso su figura más destacada.

 

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Ninguno puede negar que el oportunismo del “Loco” Abreu para mandar a la red aquella pelota caída en el área en el primer partido ante Barcelona nos despertó la ilusión de que el minuano volviera a deleitarnos con sus goles a lo largo del semestre, o que estábamos convencidos de que posee un don especial cuando convirtió ante Liverpool en la primera pelota que tocaba. Tampoco podemos desconocer la importancia del “Cacique” Medina en varios aspectos, y que su potencial goleador asomó cuando nos permitió empatar en la hora el partido ante Cerro, pero por distintos motivos entre ambos sólo nos regalaron tres gritos de gol.

Por Julio Cifuentes

La apuesta para el semestre, con Abreu, Medina y Alonso nada menos, nos despertó enormes ilusiones, ya que no cabían dudas del potencial ofensivo que podíamos tener, otorgándole a los técnicos de turno la posibilidad de elegir entre uno y otro según cuál fuera el rival de turno. Sin embargo, distintas lesiones o complicaciones desde el punto de vista físico atentaron en perjuicio de ellos, minimizando el poderío ofensivo tricolor, que finalmente tuvo en Iván Alonso su figura más destacada.

De todos modos, elegimos dejar de lado a los integrantes del plantel actual para encarar este repaso sobre los “nueves” de Nacional en los últimos años, reparando especialmente en los centrodelanteros de gran porte físico, aquellos a los que su estatura los pone en posición privilegiada para ganar “por arriba” dentro del área rival, para hacer goles de cabeza, para superar a los defensas rivales en las jugadas de pelota quieta, una apuesta que no en los últimos tiempos no ha tenido buenos resultados para el Decano del fútbol uruguayo.

Poco resultado

Parece ser una constante a lo largo de la historia. Ninguno de los grandes artilleros tricolores reunían esta condición que hoy parece ser excluyente. El gran Atilio García, “Don Luis” Artime, Waldemar Victorino, el panameño Dely Valdés … todos tenían muy buen juego aéreo, todos ganaban por arriba y anotaron muchos tantos de cabeza, sin embargo todos estaban lejos de contar con una altura privilegiada. Ninguno encuadra en la imagen de delanteros “flacos y altos”, e incluso son minoría entre los goleadores del equipo en la última década, donde aparecen además del “Cacique” y “El Loco” Gonzalo Castro, “El Morro” García, Richard Porta y Sergio Blanco, o yendo un poco más atrás Gabriel Alvez, Juan González y “El Chengue” Morales.

En las últimas temporadas Nacional ha apostado a tres delanteros de características similares para reforzar su poderío ofensivo, y en ninguno de los casos las expectativas creadas se vieron satisfechas. Primero fue Sebastián Balsas, luego Joaquín Boghossian y finalemente Sebastián Taborda, todos con un prontuario goleador envidiable en otros equipos, que no pudo repetirse a favor nuestro.

Si repasamos los principales goleadores albos de los últimos años, llegamos a los nombres de Santiago García, Gustavo Biscayzacú, Bruno Fornaroli o Richard Porta, todos ellos con menos centrímetros de estatura pero otros talentos para vencer a los goleros rivales.

Repasemos algunos números, costumbre que a veces nos ayuda a revelar realidades, observando quienes fueron los principales anotadores en partidos oficiales en los últimos , años.

Empezamos por 2007: los más efectivos fueron Diego Vera y Javier Delgado con 6 conquistas, seguidos de “Chori” Castro, Bruno Fornaroli y Richard Morales (5). “El Chengue”, grandote pero con recursos para jugar por abajo también, resultó el único desnivelante de los “nueve nueve”; el argentino Carlos Juárez y el brasileño Giancarlo Da Silva apenas aportaron 2 tantos.

Vayamos al 2008, año donde “El Tuna” Fornaroli se lució con 10 goles, seguido de Diego Vera y Martín Liguera con 7, y detrás “El Chengue” y “El Morro” con 6, sin presencias de otros “gigantes” en el plantel esa vez.

2009 fue el gran año de Nicolás Lodeiro, con 15 anotaciones oficiales, seguido por Santiago García (10) y “Chapita” Blanco (9). Fue el primer año de Sebastián Balsas, que festejó dos veces, una de ellas convirtiendo desde el punto penal.

Para 2010 ya estaba en su apogeo “El Morro”, dueño de 19 de los goles tricolores, muy lejos de Sergio Blanco y Mario Regueiro (ambos con 8) y también de los otros “nueve”, Sebastián Balsas (2) y Diego Cháves (1).

Los números van reforzando el concepto sobre cuáles son los delanteros que más convienen al tricolor, y se repiten en los últimos dos períodos: en el año 2011 “El Morro” volvió a ser el artillero con 12 anotaciones, seguido de Porta con 9 y Viudez con 8, mientras “El Armenio” Boghossian no logró superar la línea de Balsas y también sumó 2 tantos; finalmente, a lo largo de 2012 sumaría uno más, mientras Sebastián Taborda también logró un par y quedaron lejísimos del “Canguro” Porta (14), Gonzalo Bueno (9) y Alvaro Recoba (8).

Aunque sea parcial, ¿les parece sumar lo que llevamos de 2013? Con 8 conquistas Iván Alonso encabeza la lista, seguido de Vicente Sánchez y Gonzalo Bueno con 4.

Otra apuesta

La conclusión parece muy sencilla. Puede ser un razonamiento demasiado simplista, pero son demasiadas las coincidencias.

Nadie duda que en el fútbol moderno es muy importante el juego aéreo: puede llegar a ser desnivelante, porque más allá de los goles que se puedan convertir es determinante la “tarea sucia” que cumplen algunos para generar faltas, para desgastar a los defensas, para forzar rebotes que aprovechan sus compañeros, pero la apuesta de un equipo grande como Nacional no puede basarse en eso solamente, sobre todo cuando generalmente se enfrenten defensas muy pobladas,equipos que se cierran y obligan a terminar tirando centros frontales, mecanismo que no es solución.

Nacional necesita un centrodelantero con el que se apueste a otro tipo de juego, que se mueva por otros sectores, que baje algunos metros o se tire a los costados, que llegue por abajo, y que genere espacios para otros compañeros, además de ser el principal responsable de aportar conquistas.

A las puertas de un nuevo período de pases, con vistas a una nueva temporada que nos necesita más fuertes, es un elemento que deberíamos tener en cuenta. No es contra los “flacos altos”, sino la necesidad de encontrar otras características a la hora de buscar un número nueve.

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Sentimos lo mismo !!!

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