Ganamos un partido que teníamos que ganar. Era el gran desafío del domingo, porque marcaba un mojón decisivo para la búsqueda del campeonato. Basta con imaginar como empezaba la semana si Nacional no hubiera conseguido los tres puntos, porque las dudas prevalecerían sobre las certezas, porque sería el segundo resultado negativo consecutivo, y porque –entre otras cosas- hubiéramos desperdiciado la chance de acercarnos en la tabla de posiciones al primer lugar aprovechando que los que estaban más arriba perdieron puntos.
Hoy estamos ahí, a un paso. En la tabla, a un punto. En la consideración de nuestro presente, en un nivel en el que demostramos que tenemos argumentos para vencer a los que se nos pongan enfrente sin importar quien sea, ya que las dos victorias más holgadas han sido ante los equipos que –supuestamente- eran los más difíciles. Parece volver a ser nuestra virtud saber cómo ganarle a los rivales directos en la lucha por el campeonato, aunque prefiero otro punto de vista, más negativo, que me obliga a reconocer que en realidad es al revés: que es ante los rivales “más fáciles”, ante los menos poderosos, cuando nos cuesta más ganar. Necesitamos encontrar la fórmula de poder entrarle a defensas que se cierran sobre su área, y precisamos poder controlar los contragolpes de rápidos atacantes cuando estamos tirados al ataque.
Quedan muchas cosas para mejorar en el equipo. Tenemos que ratificar esta defensa (sobre todo esta zaga central que jugó ayer), tenemos que lograr que se solidifiquen en el fondo, que ganen en entendimiento y en cantidad de minutos juntos; también precisamos encontrar otras variantes ofensivas, y para ello algunos jugadores deben incrementar su rendimiento, con Gastón Pereiro a la cabeza.
En este panorama, lo más importante creo es la forma en que se han obtenido estas tres victorias en cuatro partidos, sobre todo la primera y la última, porque en los días previas a cada una de ellas Nacional no pudo tener la tranquilidad ideal para preparar los partidos; parece estar desarrollando una carrera con obstáculos, que se van presentando de manera sorpresiva, uno tras otro … terminás de sortear uno y ya se presenta el otro, así sucesivamente.
El equipo ha debido enfrentar ausencias “lógicas” por lesiones, inconvenientes extrafutbolísticos como en los casos de “Nacho” González y Arismendi, suspensiones, de todo un poco, pero llamativamente durante cada partido hemos tenido que sufrir lesiones también, lo que ha obligado a rearmar el equipo una y otra vez, incluso sobre la marcha del encuentro, el otro día ante El Tanque y ayer frente a River; hace una semana no pudimos reponernos de nuestros errores defensivos para ganar el partido, ayer si, la efectividad se impuso entre las cualidades del equipo.
Estamos contando con algunos valores que a nivel individual han respondido a las expectativas, han hecho buenos partidos, con Gonzalo Porras a la cabeza, con los goles de Iván Alonso, con las presencias de José Aja, buenos partidos de Juan Manuel Díaz, el despliegue de Santiago Romero o lo que aportó Diego Arismendi ante River, por citar algunos solamente; el gran mérito de Alvaro Gutiérrez, frente a las bajas que tuvo, es haber optimizando el rendimiento de los que pudieron estar, y para ello ha sido fundamental también la labor colectiva, tanto a nivel ofensivo como defensivo.
Tengo que señalar que aún no jugamos como para quedarnos tranquilos de que todo está bien, de que el equipo ya está en el nivel deseado. Ni cerca, queda mucho para trabajar y para corregir todavía, pero si puedo decir que está encaminado, que sigo viendo cosas positivas, y que por sobre todas las cosas, confío en la capacidad de varios de nuestros jugadores –otros deben dar mucho más todavía- y especialmente en la inteligencia de un director técnico que planifica, prepara y ejecuta la forma de enfrentar a cada rival, y hasta ahora tiene buen saldo pese aunque se le hayan cruzado problemas de todo tipo, a pesar de la caída ante El Tanque, .
El próximo fin de semana volverá a ser fundamental conseguir la victoria. Ese es nuestro camino. Paso a paso, partido a partido; sin margen de error, en la obligación de recuperar el campeonato uruguayo.
Julio Cifuentes
