Como luz blanca , el negro “cococho†siempre el primero de la fila…
Desde mi temprana edad, allá a mediados de los años ’60, y como tesoro de la infancia montevideana guardo en mi memoria noches de fútbol memorables. Siempre con NACIONAL en la cancha.
Ir al Estadio de la mano de mi Padre y junto a mi hermano Lino (un año menor), me provocaba a modo de sacudón, un sobresalto de orgullo en el alma “tricolor†que no cabÃan mis pasos en los zapatos para llegar pronto al Parque de los Aliados.
Mi corazón se ponÃa a mil… CrecÃan latidos suyos y la expectativa era enorme. Todo por ver una vez más a los campeones ganar el desafÃo. En mis ojos ansiosos, se reflejaban las luces de un Estadio colmado, y en su mirada emoción entre humedades contenidas.
Ver entrar al “field oficial†la hilera “blanca†con enormes números rojos a las espaldas me transportaban despierto, pero en sueños, imaginándome mientras miraba estar allà un dÃa, una noche, vistiendo inmaculado los mismos colores amados del glorioso NACIONAL.
Por aquel entonces el primero de la hilera era negro y gigante,…
Brillante como azabache conducÃa sus pasos al centro del escenario,…y tras el capitán 10 más para el abrazo con todos!!!
Más brillante y erguido como el mismo sol, el capitán Emilio “COCOCHO†Ãlvarez…, iluminaba esos sueños mÃos de botija.
Con su hidalguÃa y señorÃo futbolÃstico desplegado en las canchas de Uruguay, América y el Mundo, supo ganar poco a poco el olimpo de los campeones que mi mente atesora desde esa temprana infancia.
Presenciar el ingreso del «tricolor team» de NACIONAL, sigue siendo tan emocionante hoy como ayer. Como niño, en aquella época de los ’60, resultaba ser un momento de felicidad sublime, sólo superada por un gol TRICOLOR en el arco contrario.
Ese crack; ese gigante de ébano, de elegante estampa, de original caminar la cancha, fue imponente en altura fÃsica y calidad futbolÃstica. Se convirtió en mi Ãdolo primero. Recuerdo entre nostalgias, los brazos en alto del capitán COCOCHO.
Desde el cielo del CENTENARIO, en el cÃrculo central del campo, saludando las tribunas de cuatro vientos parecÃa un faro iluminando un futuro por conquistar.
TodavÃa me emociona ver su estampa con los ojos del tiempo,…de la memoria.
El gesto suyo, de sus compañeros despertaban entonces los cinco sentidos de mi Humanidad.
Me hacÃan creer que era a mà a quien deseaban abrazar personalmente.
Contaba por entonces con 6 años de edad.
Hoy sumo los 49 años vividos, pero agradecido siempre a su entrega y ejemplo nacionalófilo sin igual. En el mismo olimpo de los campeones de todos los tiempos, sigue siendo primero el querido “Cocochoâ€.
COCOCHO, por cuya estampa en figuritas de CRACKESITOS – GOLES y DOBLES me significó una vez piñata escolar por la mañana, en recreo de Escuela N° 41 –República del Ecuador (cerca del Mercado Modelo), estuvo ligado a los primeros recuerdos mÃos como hincha. Ganada legalmente la figurita suya bajo la sombra de la palmera, hubo quien de usurparla momentáneamente. Recuperada con algunos sopapos al mezquino fue posible la paz.
Por culpa del traidor, sin honor el contrincante, defraudada mi confianza hube se saldar la afrenta del modo menos civilizado. Feo y vergonzoso pero efectivo a pesar mÃo y mis estilos, lo que era mió siguió siéndolo.
Recuperada la “figurita de Cocochoâ€, fue NACIONAL un “cuadro†completo en el álbum.
A quien defendió con honor nuestro querido NACIONAL,…a quien asistió la mayor cantidad de presencias con la camiseta más linda sobre su pecho (511 partidos), mi recuerdo y gratitud eterna.
A pesar de no disputar las instancias finales, Emilio COCOCHO Ãlvarez, fue para mi tan campeón de América y del Mundo en el año 1971, como todos aquellos otros HOMBRES integrantes del mejor NACIONAL que disfruté desde las tribunas y los transistores de la emigración.
Al gran Emilio “Cococho†Ãlvarez, salud…
Ricardo Portela
Buenos Aires – Argentina