«EL ‘CHORY’ QUE DISFRUTE DE LA VIDA Y DECIDA LO MEJOR PARA ÉL»
Álvaro Recoba se refirió a su actuación como entrenador de Nacional en este período en el que le tocó asumir, en el cierre de la temporada.
UN TRÁMITE CAMBIANTE
«Tuvimos chance de ganarlo y de perderlo. Quedamos con un partido menos muy temprano por una fatalidad. Yo dudé si había sido offside, después dudé que hubiese sido foul. No era offside, era foul. Lo primero que vi es que teníamos que sacrificar a alguien. Me tocó sacrificar a ‘Didí’ [Zabala]. Lo primero que digo es que seguramente esté enojado, y está bien que sea así. Pero bueno, no lo podía dejar de lateral derecho. Él tiene la humildad de decir, ‘voy al lateral derecho’, y fue y se paró como lateral. Pero se hizo cuesta arriba. Porque aparte de la expulsión, enseguida viene el gol. Sufrimos, el rival necesitaba ganar, nosotros intentamos ir para adelante lo que pudimos, y lo hicimos. Ahora se empató, no es excusa, pero en una situación como la que pasó hoy, que iba a ser un desgaste físico grande, había una diferencia de descanso, nosotros habíamos jugado el lunes y ellos el sábado. Se iba a notar ese cansancio. Después lo voy a mirar friamente el partido. Corrimos riesgos pero también creamos situaciones como para ganarlo. Me voy súper tranquilo por el esfuerzo. Me apena tener que sacar a un jugador que tiene la ilusión de jugar y lo tenés que sacar, pero hay bien mayor que es el equipo. Salió bien, el equipo con diez por 90 minutos contando descuentos la peleó, la luchó. El resultado no cambiaba, porque Defensor perdió, pero fuimos hasta el final cerrando dignamente el año. No de la manera que hubiésemos querido, porque hubiese sido mejor estar hasta el final peleando».
¿CUÁL ES SU AUTOEVALUACIÓN DESDE QUE ESTÁ EN EL CARGO?
«Ahora no te lo puedo decir. Yo estoy tranquilo. Estoy hace casi dos meses. A este ritmo, si siguiera en el club, termino desapareciendo, porque ya bajé tres kilos. La evaluación que hago es que estuvimos a dos fatalidades de pelear el campeonato. Con lo que teníamos. A dos fatalidades. Una fue el empate de Peñarol y la otra el empate de Fénix. Yo no tengo que evaluar. Sé lo que hice, lo hice de buena manera. Yo trabajé para que los muchachos me dieran el máximo y lo dieron. Por momentos se jugó bien, por momentos no, por momentos se jugó mal. Lo que puedo asegurar es que estoy tranquilo de mi parte, di el máximo cuando me llamaron para asumir, lo hice sin pensar porque estoy en Nacional y no hay nada más lindo. Es difícil encontrar un lugar mejor que estar en Nacional. Lo asumí convencido de que podía salir campeón. Pero bueno, el equipo venía golpeado. Intentamos hacer lo mejor posible. No alcanzó para el objetivo único que es salir campeón. Pero me voy tranquilo con lo que intentamos hacer, con el sacrificio que hicieron los muchachos, a veces jugando fuera de puesto, a veces con jugadores que no estaban al 100% pero me dieron una mano. No hace 10 años que dirijo en Primera, hace dos meses. Si hago un balance, yo estoy tranquilo con lo que hice. Después se verá».
PENSANDO CON EL DIARIO DEL LUNES, ¿TOMARÍA LAS MISMAS DECISIONES OTRA VEZ?
«Sí, en todos los partidos. En todos. Se me recriminó que en el clásico fuimos un equipo defensivo. Nos empataron porque el rival es un rival importante, pero el equipo estaba bien. Haría lo mismo. En muchos momentos el equipo intensamente trabajó mucho, pero tal vez en la parte física el equipo no estaba preparado para la manera de entrenar nuestra, y eso al principio costó mucho. Eso me llevó en algún partido a tener que hacer un cambio obligado por temas físicos, no por decisiones tácticas. Haría lo mismo, porque dentro del poco conocimiento que podía tener de ciertos jugadores, yo sabía lo que podían dar. Voy a ir por ese camino, pase lo que pase».
EL MAL ARRANQUE, LA EXPULSIÓN Y EL EMPATE DE ATRÁS
«Nosotros sabíamos que si no empezábamos el partido con la intensidad que lo habíamos hecho contra Defensor, íbamos a sufrir. Fue lo que pasó. El equipo quedó estirado, ellos hacen una transición rápida y nos agarran mal parados. Después de eso en adelante, fue un partido de igual a igual en juego. Nosotros con las armas nuestras, con un jugador menos y ante un equipo como Torque que tiene mucho la pelota, tuvimos que ser directos. En ocasiones creo que fue parejo. Nosotros tuvimos 90 minutos un jugador menos. A veces es difícil cuando tenés uno menos. Es difícil analizar, evaluar, cuando estás en inferioridad futbolística y numérica».
EL RETIRO DEL «CHORY» CASTRO
«Yo me retiré con la misma edad que él. Ahora estaba la familia, y les dije: ‘miren que van a aguantarlo tres o cuatro meses, y después van a querer que haga algo’ (risas). Yo terminé de jugar y dije: ‘bueno, me voy a mi casa’. Y después todos los días en tu casa es bravo. No se hablaba mucho aunque sabíamos porque él lo había comentado. Lo que yo les dije a los muchachos fue que lo que teníamos que hacer hoy era jugar por él. Si él tenía la posibilidad de jugar, que no fuese para hacerle una despedida, sino porque él tiene condiciones para jugar. El que elijo soy yo, él podía jugar o no, son decisiones. Hoy todos queríamos que él terminara en cancha. Lo logró en una posición, de ‘doble 5’, que yo se lo pregunté. Los jugadores de calidad pueden jugar en cualquier lado. Él hubiese querido jugar más en la mayoría de los partidos, seguramente. Entrenó como ninguno, junto con todos. Se retira en el equipo que empezó. Me hubiese gustado tenerlo ahora con 20 años menos (risas). Espero haber estado a la altura de él como persona. Trató de sumar desde su lugar, y yo traté de ayudarlo en lo que pude. Espero que de acá en más sea feliz, como lo fue. Diego [Polenta] dijo algo importantísimo, que más allá de lo que fue él [Castro] como jugador, se lo recuerda por lo que es como persona. Pueden haber dicho que jugaste bien, pero si dicen que fuiste buen compañero y buena gente, tenés todo ganado. De acá en adelante, que disfrute la vida, que decida lo mejor para él. Son más de 20 años pateando una pelota. Tiene que disfrutar y hacer lo que le parezca. Que empiece a probar en lo que se encuentre bien y que lo haga, sin miedo, porque lo que él sabe hacer, que es jugar al fútbol, ya lo hizo. El destino a veces es ingrato: tuvimos hasta la última chance para que hiciera el gol, y no se pudo, pero se merecía terminar en cancha y lo hizo».