El día 19 de diciembre pasado se celebró la fiesta de fin de año de mi hijo que como todos los años se realizó en la cancha de basquetbol del Club Defensor Sporting sobre la calle 21 de setiembre. Al culminar el acto, sobre las 20:30hs, salimos de la cancha y quedamos sobre la puerta de la sede del Club que se encontraba totalmente abierta. Mi hijo Manuel, de 7 años, que vestía una campera de Nacional me pidió entrar a conocer la sede y ver la decoración que tienen allí en la entrada con las Copas obtenidas. Manuel se dice hincha de Nacional, tiene 7 años y en esa búsqueda lógica de identidad se incluye todavía su preferencia por uno u otro equipo, por supuesto que deseo profundamente que siga siendo hincha de Nacional, pero entiendo que aún es chico y sus preferencias pueden cambiar, yo como padre no me niego a mostrarle todos los elementos para que él pueda elegir lo que realmente lo hace más feliz. Es por esto que accedí sin problemas a entrar a la sede con él a mostrarle el Club Defensor Sporting. Cuando estábamos a unos escasos 5 o 6 pasos ya dentro de la sede aparece una persona, que venía saliendo del Club, lo mira a Manuel y me dice “No no, así no puede entrar, se tiene que retirar”. Sorprendido por sus palabras y manteniendo la esperanza de que fuera una broma le pregunté “¿en serio me lo estás diciendo?”, a lo cual me responde “si claro, no se puede entrar con vestimenta de ningún Club de Fútbol ni Basquetbol de primera división”, en ese momento, ante la cara de asombro y desconcierto de Manuel nos retiramos sin más.
Me llevó unos días poder terminar de entender lo que pasó, mi hijo con 7 años tuvo que sufrir por primera vez la aplicación del derecho de admisión en su contra y me eso me hace sentir muy mal como uruguayo. Como siempre y una vez más el discurso va por carriles totalmente disímiles por los que van las acciones. El discurso contra la violencia, el discurso de todos unidos salimos de esto, el discurso de que con educación podemos revertir esta mutación de valores que sufre la sociedad y el discurso que hemos escuchado siempre por parte de los medios que Defensor es una institución modelo en nuestro país se desvanecieron aquella noche. ¿Cómo le hago entender a Manuel ahora que el fútbol no es una guerra cuando lo echan de un Club por ser hincha de otro?
El hecho da para una reflexión mucho más profunda pero no quiero extenderme, el fin de compartir este hecho es pedir públicamente al Club Nacional de Football que nunca permitan que esto ocurra en nuestras instalaciones, que nunca hagan retirar a un niño por portar vestimenta de otro cuadro porque alcanza con ser un humano para darse cuenta que si un niño entra en la sede es porque está interesado en expandir sus horizontes, en conocer otros clubes, otras realidades y es parte de su crecimiento; quizás pueda entender, no compartir, que se haga con una persona mayor que con vestimenta de otro club mantenga una actitud de provocación, pero Manuel tiene 7 años. Sería una desilusión muy grande saber que en mi Club están pasando estas cosas, quiero creer que no acontece.
Deseo que lo que pasó haya sido un hecho repentino de una persona que se cruzó esa noche con nosotros y no una decisión de la institución lo cual sería aún más grave.
Considero que todos tenemos que empezar a tomar conciencia de lo mucho que podemos mejorar o empeorar las cosas en nuestro fútbol y en la sociedad con las pequeñas acciones que hacemos día a día.
Les deseo un MUY FELIZ AÑO 2017 a todos!!
Matías Méndez @menchiBolso