Las declaraciones de Jorge Bava levantó la tapa de una olla que hace tiempo viene hirviendo en los alrededores de Los Céspedes. La profesionalidad de los jugadores son siempre objeto de cuestionamientos y están bajo la lupa de muchos “periodistas” que hacen de la profesión un ámbito inquisidor, una cumbre de intocables moralistas que juzgan (vaya a saber con qué credenciales) la vida y la conducta de los futbolistas.
Las declaraciones de Jorge Bava levantó la tapa de una olla que hace tiempo viene hirviendo en los alrededores de Los Céspedes. A veces se escuchan clases de moralina y ética profesional por parte de personas que en muchos casos sí son preparadas académicamente y otras que ni siquiera tienen un título que los habiliten, simplemente opinólogos. La profesionalidad de los jugadores son siempre objeto de cuestionamientos y están bajo la lupa de muchos “periodistas” que hacen de la profesión un ámbito inquisidor, una cumbre de intocables moralistas que juzgan (vaya a saber con qué credenciales) la vida y la conducta de los futbolistas.
Recibimos y publicamos
Tienen todas las herramientas, poseen los medios y los canales de comunicación para hacer saber que tal o cuál jugador hizo esto o aquello y que por tal motivo es un ejemplo de informalidad y un “hereje” de su profesión. Los jugadores no tienen los espacios donde descargarse de tales acusaciones y son objeto de una opinión pública que los destroza y que crece como bola de nieve generada por la irresponsabilidad de los señores que desde los micrófonos manejan los destinos y la imagen de los jugadores, qué a su vez son los que mantienen, desde su rol preponderante en todo este sistema, el aparato de dónde todos obtienen sus recursos, periodistas, jueces, empresas de televisión y demás, todos se nutren de los que hacen los futbolistas dentro del campo de juego.
La profesionalidad de los jugadores es cuestionada una y otra vez, sin ningún pudor ni vergüenza. Jorge en sus declaraciones simplemente se permitió dudar y cuestionarse la profesionalidad de algunos periodistas, algo totalmente válido y hasta justo por todo lo expuesto anteriormente. Pero he aquí el problema de todo este sistema, cuando los jugadores se salen del libreto, cuando rompen el molde, cuando no repiten el casete al que nos tienen acostumbrados parece que muchos se ponen nerviosos. La cumbre de notables y eruditos no está preparada para ser cuestionada, en el acierto o en el error, no asume (ni nunca va a asumir) que la objetividad y la imparcialidad es un horizonte del cuál uno puede estar más cerca o más lejos pero que nunca se alcanza. A diferencia de ellos, los jugadores tienen el micrófono apenas algunos segundos en el año para poder tomarse la libertad de decirle a la opinión pública lo que piensa, mientras que el periodista tiene el resto de la eternidad para hacer su descargo y hasta si se quiere tomar represalias contra las palabras que lo molestan.
Es una pena y da mucha impotencia que este sistema siga funcionando así, es una pena que las palabras de Jorge se pierdan en el viento y sería aún más grave que Bava no obtenga ningún respaldo donde apoyarse, que no encuentre dirigentes que salgan a defenderlo. Seguramente a Jorge lo dejen como un irrespetuoso y se encarguen que el resto de la opinión pública lo ponga contra el paredón para fusilarlo, así funciona esto y así se maneja esta gente; por suerte los hinchas de Nacional tenemos los oídos sanos con Pasión Tricolor, podemos acceder a un espacio de hinchas para hinchas dónde descargar nuestra mesurada bronca que se alimenta de la injusticia y la mezquindad de un grupo de “periodistas” que están al servicio del billete y se mantienen lejos del espíritu deportivo.
Matías Méndez
Socio de Nacional número 72102
A continuación las declaraciones de Jorge Bava